15 de octubre de 2004

Palabras mayores: problemas de redacción I

Yo, 16 años.


Una indefinible e inconmensurable con el entendimiento serie de sucesiones concluyeron en un loco estado de conciencia que trae consigo la noción de un entorno relativo. La noción implica en cada ser una aparente comprensión hacia cualquier aspecto que pueda ser concebido por mente alguna. Entonces comienzan a gestarse todo tipo de conceptos materializados en la cotidianeidad de cada individuo como tal y como integrante de un grupo mayor que a su vez comprende otro grupo aún más abarcativo. Esta creación inicia su funcionamiento. Se trata de un mecanismo que día a día le proporciona vida a todo el conglomerado. El funcionamiento es luego analizado por quienes lo llevan a cabo. Esto significa que el orden cronológico se da en primer lugar de ejecución a análisis para luego de haber decodficado ciertas claves pueda realizarse el proceso contrario. El análisis permite una planificación que es luego ejecutada. Para ello, tanto de una forma como de otra, se tienen en claro determinadas pautas. Éstas no deben ser cuestionadas, y la mayoría de ellas no lo son. A partir de esta base, de estos preacuerdos masivos, comienza la búsqueda de la verdad sobre aquellas cuestiones que permanecen inestables. Se realizan complejos procedimientos de todo tipo y al resultado se lo bautiza con el solemne nombre de 'verdad'. Luego quizás una nueva verdad llega destronando la anterior y así sucesivamente -la gente dubitativa, pierde la confianza en todo paradigma-. La raíz de esto se halla en el principio de todas las cosas, el error está en aquellas cosas que son inamovibles desde y para siempre. Una mente que confía en sí misma tiene puntos débiles porque no se cuestiona lo incuestionable; y si dicha mente es colectiva no existen planteos opositores que pongan en duda aquellos aspectos sobre los cuales la mente se siente tan segura. Entonces, la posibilidad de error por siempre latente no será descubierta y todo lo que surja a partir de esto cargará con la potencial falla. Atormenta la inseguridad que genera la falta de certezas y en ello reside la importancia de las mismas. Entonces, como finalmente resultan imprescindibles sean verdaderamente-reales o no, resulta conveniente conservarlas.
Qué es verdadero y qué es real es algo que no se tiene en claro o que cada uno tiene en claro a su manera. A partir de esto, entonces, no se puede llegar a un acuerdo con respecto a los conceptos que se expliquen de forma tal que acaben relacionándose con estos dos grandes pilares. Finalmente, no se tienen certezas -las cuales son curiosamente imprescindibles para toda clase de argumentación.
La salida adoptada, ya sea ésta aceptada o no, es partir de ciertas bases sobre las cuales cada individuo pueda apoyar sus pies. Esto indica un camino a seguir, es decir que colectivamente se acordó en que todos sienten su existencia de una forma u otra y obran sobre ella día a día. Para ello se necesitan conceptos comunes que incerten a cada individuo dentro de un todo y con determinada función. Todas las demás suposiciones corren por cuenta de cada sujeto que cree en ellas según el punto de vista que le parezca más apropiado y carga con las consecuencias de su elección.
Und so bin ich unbefangen ...el no dormir en toda la noche me hace incuestionable debido a lo desquiciadamente loca que me vuelve el sueño. Nada de eso. Estoy de acuerdo conmigo misma, mañana no lo estaré... o no del todo. O sí, pero más segura. O no, todo va a ser como siempre. Afortunadamente, no sé lo que voy a pensar mañana. Mañana les digo. Esperemos al año que viene.

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