1 de agosto de 2008

me da igual


La grasa retumba en las paredes montada en los peores insultos de la existencia musical. No se acaba la rutina en este lugar. La rutina cíclica, redonda, efímera y constante. Una rutina que dura media hora y se repite durante nueve horas todas las noches igual. Las rutinas se ven machucadas por pequeñas anécdotas que las caracterizan. Esta identificación hace creer que algo diferente está pasando cuando se vive siempre lo mismo. Una y otra vez. No sé por qué me llama. No sé por qué respondo. Simplemente estoy y me comporto como debo. Cambio de roles. Me da igual. Acá estoy.
(...)
Quiero que algo me haga diferente una vez. Quiero obtener algo que me quede de todo esto. De este momento.
...