21 de octubre de 2010

como para el inadi

A una amiga no la dejaron entrar porque estaba vestida. Suena extraño. No, no me refiero a que había que ir desnudos, si aclaro que estaba vestida es porque había algo en su ropa. Cómo decirlo, uno no anda diciendo que la gente está vestida, si lo señalo, es porque llama la atención su vestimenta. Pensemos en todas las conclusiones que puede sacar un patovica sobre la ropa de alguien. Yo diría que miles, pero... ¿puede verbalizarlas? Pensémoslo bien, ¿puede?
Por lo menos, el que la agarró a esta chica no podía. Lo único que podía hacer era decirle que por alguna razón no era apropiada ¿Cuál es el problema? Ella no estaba yendo de buzo a un lugar de etiqueta ni nada parecido, pero todas esas chicas con calzas negras y botas marrones, con remeras blancas abrochadas con un cinturón ancho a la cintura del mismo exacto cuero que las botas porque sino sos una ridícula total, bueno, esta chica no es así. Y no entró. A pesar de todos sus argumentos, y de exigir fundamentos para tal rechazo, los cuales podrían haber sido válidos o no, con el clásico derecho de admisión y permanencia. Pero no le dieron ni si quiera eso. Ahí uno se ofende, y ella sí que se ofendió.
Yo creo que los patovas deberían saber hablar ¿no?
...

2 comentarios:

Lechuga dijo...

No es lechuga

gustame che.
Ojalá oyese esas cosas que escuchas y que no, pero que las dejas constatadas por acá

te clapeo

Lih dijo...

Cuando me pare en un escenario con todo esto encima, te invito.