22 de octubre de 2006

Cuestión de tiempo

Pidió prestada una pequeña cantidad de tiempo por un rato. El rato en cuestión, era mucho mayor a la cantidad de tiempo tomada, por lo cual la estafa fue evidente. Al pescarlo en tal fraude, se encontró con una deuda temporal y éstas se pagan con espacio. No tenía lugar para pagar semejante deuda: la situación se volvió insolventable, por lo cual, el rigor de la ley cayó sobre sus hombros. La condena fue confinarlo al olvido del tiempo-espacio que le quedaba y que había tenido, además de una semana de tareas comunitarias.
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